Minutos antes de la misa de asunción, Francisco recorrió la Plaza de San Pedro en el papamóvil y saludó a los miles de fieles que se acercaron hasta el Vaticano para acompañarlo en este momento histórico.
Durante largos minutos desfiló entre los presentes y hasta se bajó
del rodado para bendecir a un enfermo que estaba cerca de una de las
barreras de protección. El gesto del Máximo Pontífice sorprendió a la multitud y a su propia seguridad que lo acompañó en el trayecto iniciado en la residencia Santa Marta, donde se aloja provisoriamente.
Jorge Bergiglio rompió el protocolo otra vez: el papamóvil es abierto, no tiene protección ni es blindado.