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Con las reservas al límite, el cultivo de soja empieza a necesitar agua

En general, en la zona núcleo las reservas de agua en suelo se encuentran al límite respecto del ingreso del cultivo de la oleaginosa de primera a su período crítico. De no llegar la lluvia, el potencial de rinde se vería afectado.

 

Entre el jueves 9 y el miércoles 15 sólo en el sudeste de la zona núcleo se desarrollaron lluvias dispersas y localizadas con montos promedio de 40 milímetros, mientras que en el resto de la región núcleo el milimetraje fue ínfimo o nulo. Se destaca el acumulado de Rojas, con registros de 56,8 milímetros y en Ramallo, donde se registraron 42 milímetros. Las temperaturas máximas fueron muy superiores a los parámetros normales con valores entre 34º y 36° C. A diferencia de semanas previas, la temperatura mínima presentó un sensible descenso. Los valores más bajos promediaron los 12º y 14° C. La marca más baja fue de 10.6° C en Chacabuco.

El bajo o nulo nivel de precipitaciones y las temperaturas extremas mantienen en vilo a los cultivos de verano. A diferencia del último reporte semanal de la Bolsa de Comercio de Rosario, la soja de primera comienza a mostrar en sectores puntuales de la región núcleo síntomas asociados al estrés termo-hídrico. Las reservas de agua en suelo están al límite respecto del ingreso del cultivo a su período crítico. Finalizando la etapa de cuajado de vainas, de no llegar las tan ansiadas lluvias, el potencial de rinde se vería afectado. Las áreas más comprometidas son el sur de Santa Fe y el noroeste bonaerense, fundamentalmente donde la napa se vuelve inaccesible para la oleaginosa. Respecto a soja de segunda, presenta estadios muy disímiles según zona. El abanico de posibilidades va desde V4 (cuarta hoja) a R1 (floración) y se sigue reportando la dificultad para alcanzar su índice de área foliar crítico.

Aumenta la brecha de condición fisiológica entre los maíces que fueron sembrados temprano y los tardíos. Los primeros, castigados duramente por la ola de calor, presentan mermas definidas de hasta un 30 por ciento del rinde potencial. Sigue cayendo el rinde mínimo esperado, sobre todo en el noroeste de Buenos Aires. En el centro de Santa Fe prevén lograr entre 70 a 100 qq/ha y puntualmente para el este de Córdoba el pronóstico sigue siendo bueno. Los maíces tardíos están entrando en la etapa de crecimiento rápido. Si bien el estado general es muy bueno, comienzan las altas demandas por parte del cultivo y el nivel hídrico actual es deficiente para suplirlas.

Respecto de plagas, en esta última semana ganaron protagonismo el gusano cogollero y la isoca de la espiga en maíz y medidora en soja. Las regiones muy afectadas por sequía presentan poblaciones elevadas de trips y arañuelas.

 

Producción sojera

Frente a la imposibilidad de cumplir con las expectativas de siembra previstas para la campaña en curso, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires ajustó su proyección nacional a una superficie ahora estimada en 20.350.000 hectáreas.

A la fecha, el avance nacional de siembra logró cubrir el 96,2% de esta nueva superficie proyectada, reflejando un progreso intersemanal de 5,3 puntos porcentuales. En números absolutos ya se sembraron más de 19,5 millones de hectáreas y una buena proporción de esta superficie ya transita estadíos de plena floración (R2) sobre la franja central de la región agrícola.

Más precisamente en la región núcleo norte se estima que un 70% de los cuadros ya se encuentra transitando floración (R1-R2), mientras que el 30% remanente ha iniciado fases críticas de diferenciación de vainas bajo condiciones hídricas adecuadas.

 

Maíz: termina la siembra

En el tramo final de la siembra de maíz con destino grano comercial el avance intersemanal registró un progreso de tan sólo 3,2 puntos porcentuales, denotando así un retraso interanual de -7,4 puntos, señala el informe semanal de la Bolsa de Cereales de Rosario. A la fecha se llevan implantadas más de 2,8 millones de hectáreas, que en números porcentuales representan el 86 por ciento de la superficie proyectada para esta campaña en 3.300.000 hectáreas. Este retraso se adjudica a la ausencia de precipitaciones que permitieran recuperar la humedad en el perfil en tiempo y forma, para así garantizar una óptima implantación del cereal.

Vale la pena aclarar que el mapa de balance hídrico de los primeros diez días de enero refleja la sequía que se está relevando en gran parte del área agrícola nacional. Esta anomalía complica las condiciones de los cuadros implantados durante septiembre y octubre.

Las variables climáticas del mes de diciembre incidieron de forma negativa en el cultivo de maíz, ya que durante ese período el cereal se encontraba atravesando etapas críticas de determinación de rendimiento. La mayor o menor afección a causa de la sequía se verá reflejada zona por zona, dependiendo de cómo se fueron dando las lluvias y del estado hídrico que presentaban los perfiles durante esta etapa.

Por último, los cuadros implantados en fechas tardías aún mantienen una condición de buena a regular, dependiendo de la zona en cuestión y de las precipitaciones recibidas durante el mes de enero. A nivel sanitario, se están realizando monitoreos y aplicaciones pertinentes sobre la franja central del país, en afán de combatir los ataques de isoca cogollera y mantener bajos los niveles de roya y tizón que podrían perjudicar las productividades potenciales.

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